Dolor de espalda

El dolor de espalda se produce por habitos inadecuados de vida

Es el segundo motivo de consulta médica después de la gripe, la principal causa de baja laboral en los países industrializados y cada vez la sufren más los niños en edad escolar. El dolor de espalda ha existido siempre, pero en la época actual ha adquirido mucha importanica porque, por lo general, se produce a causa de unos hábitos inadecuados de vida. El excesivo sedentarismo que practicamos hace que nuestra espalda esté poco desarrollada, en muchas ocasiones atrofiada, y que tengamos más posibilidades de sentir dolor. Y es que, nuestra columna está hecha para moverse, no para estar sentados.

VIGILA LA POSTURA

Es muy importante que vigiles y corrijas las malas posturas. Acuérdate de que la silla tiene respaldo: cuando no lo utilizamos, la presión que soporta nuestra espalda puede aumentar un 40%, según Mario Gestoso, director de la Fundación Kovacs, especializada en investigaciones sobre este tipo de dolencias. Además, cuando estés sentada, tu columna debe formar un ángulo recto con tus muslos. El dolor de espalda es más frecuente en la época productiva de la vida: de los 35 a los 65 daños. A partir de esta edad, el porcentaje puede alcanzar el 90%. Pero estudios recientes revelan que afecta a los escolares más de lo que se creía: antes de los 18 años, hasta el 60% de ellos puede haberlo padecido. Por eso no conviene que los niños hagan esfuerzos excesivos y desproporcionados para su edad ni que carguen demasiado peso.
Según Gestoso, también existen factores psicosociales, como el estrés, la ansiedad, la insatisfacción personal o la presión del ámbito laboral, que pueden hacer que el dolor de espalda aumente o disminuya. Para quien hasta ahora nunca lo ha tenido y quiera disminuir el riesgo de padecerlo, es aconsejable hacer ejercicio o algún tipo de deporte de forma constante. La gimnasia para abdominales, dorsales o la musculatura inferior reduce las posibilidades de desarrollar cualquier tipo de dolencia. Pero la actividad física o deportiva es positiva siempre y cuando se practique como hábito para mantener la salud y no como deporte de competición, donde los objetivos que se imponen pueden llevar al ser humano al límite y puede tener efectos negativos.


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